CANTOS DE PRIMAVERA
Canta la musa más bella del Olimpo vestida de gardenias
Salen de su flauta sonidos que se vuelven mariposas
Bailan los céfiros y hacen retozar las dulces olas
De aquel lejano mar que en su infancia no conoció sino caricias.
Todas las flores juntas, mirando al sol, se levantan
Despertando de aquel letargo inducido del invierno
Y sean las seis de la tarde el momento perfecto
En que se lleven los perfumes de Juno a tierras que mira el cielo
Recorren la tierra mestiza aromas puros e infinitos
Que producen más colores que el espectral brillo arco iris
Y llegan flotando con parsimonia y estilo divino
Para depositarse en un árbol que crece junto a unos olivos
Árbol que confunden con un roble por su fortaleza
Pero es evidentemente un abedul de pies a cabeza
Pues se ve que el tronco de color plata es experiencia
Y sus hojas en forma de corazón no son del tiempo coincidencia
Abedul irónicamente tan grande que se interesa por pequeñeces
Que no da refugio a los peces nada más porque no está en el agua
Atenta manera de mirar a los seres que poco tienen
Dejando su madera cortar cuatro veces sólo para preservar la vida
Sombra que a la vez es luz para todos los que miran
El reflejo de tantos frutos por los años realizados
Miel y néctar se desbordan por los canales de los dorados actos
No son sino incentivos que provocan admiración de belleza
Pues no hay nada más hermoso que una mirada de apoyo
No hay nada más sublime que el propio sacrificio
Capullos de amor y perdón que tienen su propio oficio
Ayudar sin mirar a quien o esperar un favor a cambio
Cuánto más se puede decir de este árbol que tiene savia ligera
Que cobija y nutre el bosque en que se encuentra
Tiene varias ramas de valor que dejan a la naturaleza boquiabierta
Es simplemente Charín, que el mundo entero lo sepa
Mi tía Charín enfermó y murió de cáncer. Cuando su estado estaba muy delicado en el hospital pensé que lo único que podía hacer para alegrarla un poco era un poema. Entonces, escribí estos versos.