LA FÓRMULA FISCAL PARA UNA VIDA PLENA
Cuando cada respiro y pensamiento está gravado
Con una opresión infame que destruye la armonía.
Es momento de pensar en los hechos generados
Y reflexionar para poder actualizar la alegría extinta.
Cuando el mundo parece haber perdido
En una discrepancia, la cuenta de los días,
Y el alma se encuentra sujeta al precio
De recargos de conciencia y multas indebidas.
Se debe ver que la guitarra aún tiene cuerdas
Que las flautas aún tienen boquillas
Mismas que siempre estarán dispuestas
A interpretar las melodías.
Violines, viola y violonchelo
En conjunto fictamente imaginado,
Contribuyen a ingresar esos acordes
Que liberan sentimientos embargados
Con ese entorno musical por presupuesto
Aunado al ansia de brindar al sol tributo.
¿Qué causación podría ser suficiente,
para devaluar al corazón en bruto?
Es entonces que se deja de dar crédito a palabras
Y se toman en empréstito los sueños
Sin esperar, a cambio, que la vida de respuestas
O declare con factura los males, sin ley, impuestos
Y se vive una vida plena
Erogando enojos módicos y sonrisas caras
Lo siguiente teniendo en cuenta:
Jamás deducir del total, ni el amor ni la esperanza.
La inspiración llegó cuando estudiaba derecho fiscal. Utilicé varios conceptos y los volví un poema. Similar a lo que, años antes, había hecho con el poema “Las numerosas razones matemáticas para disfrutar la vida”, aunque no lo tenía presente cuando escribí estos versos.