RAYO LÁSER
Había una vez una isla de indígenas. Un rey de esa tierra mandó matar a todos los que vivían ahí. El rey tuvo una hija llamada Rojait. Rojait era muy traviesa. Les contaba historias de terror a sus hijos llamados Popa y Aitsi. Aitsi era la mayor y se casó a los 29. Su esposo era el rey de la tierra. Tuvieron una hija llamada Rosaelda.
Al nacer Rosaelda una bruja apareció y dijo: “Por los poderes del caldero verde, que toda la familia de Rosaelda en la noche de 1998 se conviertan en hombres mono”. En la noche de 1998 su familia atacó a su papá. Un tío, el más viejo, no embrujado, llevó a Rosaelda y a sus dos hijos a una cueva y los persiguieron hasta ahí. Después de 8 semanas, Rosaelda se murió. Los malos pusieron a los dos niños en la cueva monte y encarcelados.
El tío no embrujado llamó a Estados Unidos y a Brasil y le contó al presidente todo. El presidente llamó a Richard Bomp para conseguir un equipo de rescate terrestre.
Richard Bomp investigó, pero no quedaba ningún equipo más de rescate terrestre. Entonces llamaron a Brasil. Brasil no tenía, pero tenía dos equipos de rayo láser. Hicieron un examen, los dos pasaron. Un equipo se fue a Acapulco y el otro equipo se quedó a dormir en un hotel e investigaron en la biblioteca pública canadiense. En la noche, dos se durmieron y tres investigaron. El alma de Rosaelda leyó la información y les habló por medio de la cabeza. Siguieron al alma de Rosaelda y los guio hasta la cueva monte de 1848 metros de altura. Se comunicaron por radio y media ciudad no les creyeron que sirvieran. Entonces Daniela “puff” abrió la puerta secreta que se comunicaba con el mar marino Zapateiro. Entonces cruzaron en lancha. Rob Las se cayó de la lancha, pero logró abrir la puerta del drenaje. Entonces midieron la cueva. “¡Oh no, la cueva mide 215 kilómetros de ancho, no alcanza la cinta métrica!”
“No es tan importante eso. Tienen las linternas, están en la lancha y tenemos que regresar. Rob Las, tú ve por las linternas, te esperamos” tic toc tic toc.
“Ya paso 1 hora y no ha regresado Rob”.
“Hay que seguir, Daniela”.
“¿Sin linternas?”.
“Sin linternas”.
Rob se había perdido. La lancha estaba a la derecha y se estaba yendo hacia la izquierda.
Un murciélago se asustó de una voz y esa voz decía “ayúdenos, estamos encarcelados”. Lograron sacar a los dos niños, pero de regreso cerraron las puertas de entrada. Nadie podía salir ni entrar.
La gente de Estados Unidos ya estaba desesperada. No llegaban. El papa rezaba y rezaba.
“Las pistolas, sí es cierto” push push push. Mientras, Rob apretó el botón de reposo y se abrieron las puertas.
Rob salió con todos, se metieron a un hotel, pero los hombres mono eran demasiado fuertes. Entonces llamaron a Richard Bomp para que los ayudara. Richard estaba tan feliz de la vida comiendo pollo y aceptó sin saber lo que estaba diciendo. Rob destapó el tapete del cuarto y todos se metieron en un hoyito y llegaron al drenaje del lago Zapateiro de la cueva. La gente de Estados Unidos estaban todos con los pelos parados. Mandaron 6 cohetes a la luna y les hablaron por radio. “Va a explotar la luna”. Rob se encontró un dinosaurio. El de cuello largo. Subieron en él y destruyó la cueva. De repente, oyeron al rex. El rex se comió a los hombres mono y se empachó y se puso a dieta. Por fin llegaron, hicieron una gran fiesta con dos países, indígenas y dinosaurios y hubo mucha comida también.
Fin
Escrito a mano en un cuaderno. Debía tener menos de 10 años de edad.